Desde el inicio de la pandemia Covid-19 en 2020, muchos sectores de la economía han sido obligados a cambiar la forma en que se relacionan con sus clientes y han adoptado el uso de tecnologías digitales para seguir siendo competitivos. Según un informe de Boston Consulting Group, el impacto de la digitalización en la industria pesquera y acuícola será «inmenso» en la próxima década. La acuicultura es una actividad agrícola que se dedica a la producción de peces en granjas ubicadas en lagos, ríos o mar, y el impacto de la digitalización en esta industria será clave para el éxito a largo plazo.
La digitalización permite a las empresas de acuicultura tener un mayor control sobre sus granjas y monitorear el estado de sus peces en tiempo real. También les permite mejorar el nivel de producción y reducir el impacto ambiental de sus actividades. Gracias a la digitalización, la acuicultura es cada vez más eficiente y sostenible, lo que significa que seguirá siendo una industria clave para el suministro de alimentos en el mundo en los próximos años.
En el informe de Boston Consulting Group se estima que en 2030, la acuicultura digitalizada será una industria de $160 mil millones, lo que representa un incremento del 50% en relación con la acuicultura tradicional. Se espera que el impacto de la digitalización en la acuicultura sea más evidente en los países en desarrollo, donde se prevé que el crecimiento será del 60%. Esto se debe a que en estos países, la digitalización de la acuicultura está aún en sus comienzos y tiene un gran potencial de crecimiento.
La digitalización de la acuicultura es una tendencia que se encuentra en pleno desarrollo y que tiene el potencial de transformar la forma en que se produce y se consume alimentos en el mundo. A medida que la digitalización se vuelva cada vez más común en la acuicultura, se espera que el impacto ambiental y social de esta industria también mejore significativamente.